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sara-bailarina-HECHALAMERICA X RAMON MERICA . La despedida montevideana de Sara Nieto
La etnia, el sentido de lo étnico, no existe porque sí.
El 11 de noviembre cuando Sara Nieto decidió colgar sus zapatillas en Santiago, y para, siempre, el clima del Municipal era de congoja y de alegría. congoja porque no se le vería bailar nunca más; alegría porque esa noche en ese barroco templo ecléctico-historicista que fue su reino durante dieciséis años, la única prima ballerina estrella de Latinoamérica entregada escorzos de lo que fue una carrera balletística única en el continente. se escucharon congojas en el entreacto -pese a los devaneos del champagne- pero también hubo reflexiones inteligentes sobre la inteligente reflexión de la gran danzarina de retirarse en su esplendor: “quiero que me recuerden con todas mis fuerzas, no como una viejita que se arrastra sobre el escenario’. no todos estaban de acuerdo: “había Sara Nieto para varios años más”.
El 1 de diciembre de 1996 fue el día elegido por la Nieto para su retiro montevideano. era lo que correspondía. el Teatro Solís (1856), apenas un año mayor que el municipal (1857) esplendía más que nunca, y también sus terciopelos carmesí, sus arañas, sus espejos, memoraban lo que había sido la soirée santiaguina. y aquí viene lo de la etnia, porque flotaba en el gran teatro montevideano menos tristeza que en Santiago, y ello por varias razones: la cultura del pacífico es más intimista, más serena que la cintura del Atlántico, más extrovertida, más expansiva, más latina. y otra razón de peso es el hecho que los montevideanos, de alguna manera recuperaban a Sara aunque fuera por algunos días al mes, ya que ha sido designada por el Ministerio de cultura directora de la Escuela Nacional dé Danza, lo que provocaba algunas sonrisas de alivio.
Después de una primera parte donde bailó con los alumnos de la escuela (una demostración más de su calidad personal aún fuera de escena) el pas de deux de “la bella durmiente” con el excelente cubano Rolando Candia como partenaire, después de un entreacto en el que se notaba la ansiedad de las últimas piruetas del segundo acto de “Giselle”, también con Candia, el telón no dejó de subir y bajar, infinitas veces.
Fue entonces que empezaron los homenajes, tan inusuales como lo fueran en Santiago. los alumnos de danza, los técnicos del teatro, viejas compañeras del ballet, fueron pasando uno a uno entregándole -como en el municipal una flor, a veces un ramo. y entonces se hizo presente el Ministerio de Cultura, con una medalla de aporte a la cultura, el Ministerio de Relaciones Exteriores cón la medalla dé aporte a la lntegración chileno-uruguaya. la historia no terminó allí: el Intendente de Montevideo, arquitecto Mariano Arana, la condecoró como ciudadana ilustre, hasta que llegó un momento tan emocionante como inesperado: el presidente de la República, Dr. Julio María Sanguinetti y su esposa escalaron el escenario, donde ya no cabía una flor más, y luego de los abrazos y saludos de rigor, le entregaron un cuadro, un dibujo de Sara bailando hace muchos años realizado por Eduardo Vernazza. en un gesto de gran espontaneidad, y viendo que los brazos de la estrella ya no podían sostener más flores, el presidente se agachó y le puso el cuadro a sus pies. ella agradeció con una reverencia digna de la pavlova.

SARA-CON-MERICALa hora de los relojes muertos
Una hora más tarde – sería la medianoche – la Nieto fue una ovacionada una vez más cuando atravesó las puertas del foyer del Solís donde la esperaban champagne, amigos, caviar y muchas emociones. Sin tules ni plumas, lucía esplendorosa en su traje negro de encaje con bordados de paillettes. “Yo no sé cómo está mujer está tan fresca, parece que no le pasara nada, con todo lo que le pasó y está pasando. no se puede soportar tanta, emoción de una sola vez”, se asombraba el pianista Horacio Iraola, vicepresidente de la Asociación de amigos del ballet, institución organizadora absoluta de toda la gala.
Lo que ese señor no sabía es que para Sara la noche no terminaba allí: en una mansarda montevideana de un viejo y entrañable amigo la esperaban las ensaladas y las tartas y los helados por los que delira porque esa noche – ya madrugada – no existían los relojes: existían los amigos, las burbujas en las copas, el tintineo de los brindis, las presencias entrañables de su cuñada Ana María Ríos y de su hermano Fernando Nieto (“menos mal”, que es cardiólogo, por, si a Sara le pasa algo con tanta emoción”, bromeó alguien) y la, mirada, siempre atenta, embelesada, amorosa, de su marido Luciano Lago, con quién dentro de poco cumplirá un cuarto de siglo de matrimonio.
cuando la rojiza, luz del amanecer se iba apoderando de Montevideo, se la vio enfilar hacia un bolso del que extrajo un par de zapatillas. “son las últimas que usé en mi vida, las de giselle de esta noche, y son para ti”. me hubiera gustado quedármelas, por lo que significan, pero quiero que estén en mi país donde empezó todo y de donde me despedí definitivamente y en esta casa”
Los cisnes, aunque bellos y distantes, también pueden ser muy generosos.

Fuente: EL MERCURIO de Chile
(Santiago, 7 de diciembre de 1996 Por Ramón Mérica, desde Uruguay)

ADIÓS EN URUGUAY

Sara_Nieto_en_Giselle.BAILADe qué está hecha Sara
Nació en 1948, en el barrio Malvín de Montevideo, Uruguay.
Desde los 3 años estudió ballet, estimulada por su madre, la Sra. Irma Mosto de Nieto y su padre, el Arquitecto Isabelino Nieto. A los 8 años ingresó a la Escuela de Danza del SODRE. Al cerrarse ésta, continúa sus estudios con el maestro Eduardo Ramírez, quien sería posteriormente su Director y partenaire.
A los 15 años ingresa al Cuerpo de Baile del SODRE (Ballet Oficial de Uruguay), dos años después decide retirarse de los estudios de Medicina, que realizaba simultáneamente, para dedicarse totalmente al ballet. También termina sus siete años de estudio de piano.
Sus primeros roles protagónicos fueron a los 18 años en “Cascanueces” (Hada de los Confites) y “El Lago de los Cisnes” (Odette).
Luego de actuar como Primera Bailarina entre 1970 y 1980, acepta un contrato para incorporarse en la misma categoría al Ballet de Santiago de Chile, desempeñando desde entonces los roles protagónicos del repertorio de esta Compañía.
Por su trayectoria, la prensa especializada de Uruguay la ha destacado como la figura de mayor trascendencia internacional en la historia de la danza de ese país.
Junto al Ballet de Santiago baila en el City Center Theatre de Nueva York, Teatros Colón, Cervantes y San Martín de Buenos Aires, Stuttgart, Sevilla, Budapest, Lima, Montevideo, entre otras. En todas las oportunidades es aclamada por el público.
Entre 1986 y 1989 comparte sus actuaciones como Primera Bailarina del Ballet de Santiago con el Cincinnatti Ballet, el New Orleáns Ballet y el Knoxville Ballet, todos de EEUU.
Invitada por Alicia Alonso, participa en los Festivales Internacionales de Ballet de La Habana en 1988, 1990 y 1994. También es invitada a las Galas de Ballet Internacionales de Buenos Aires (1985), Trujillo (1994), Lima (1986), Santiago (1985,1994), Asunción (1990, 1994) Montevideo (1995),
En julio de 1992 participa en Madrid, representando a Chile y Uruguay en la Gala Iberoamericana de Danza (Cumbre de Jefes de Estado, V Centenario).Bailarina lírico-dramática de gran versatilidad, lo que le ha permitido interpretar con éxito todo el repertorio clásico, y también obras neoclásicas y modernas.
Su repertorio incluye más de 100 ballets en roles de Primera Bailarina
Bailó en mas de 1.500 funciones.
Estrenó mundialmente obras de destacados coreógrafos en Chile, Uruguay y España.En 1986, bajo la dirección de Ivan Nagy, es nominada Primera Bailarina Estrella del Ballet de Santiago, título honorífico creado por primera y única vez en esta Compañía y en Sudamérica.
En agosto de 1991, el Presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle, la designa Agregada Cultural de Uruguay en Chile, cargo que desempeñó hasta 2008.
Sara Nieto ENSEÑANDO
En diciembre de 1995 recibe simultáneamente los dos premios que se entregan anualmente en Chile a la Mejor Bailarina : Circulo de Críticos de Arte y Apes (Asociación de Periodistas de Espectáculos)
En julio de 1996 es designada por el Ministro de Educación y Cultura de Uruguay,Directora de la prestigiosa Escuela Nacional de Danza de ese país, la que dirigió por seis años. Su gran proyecto es su propia Academia de Ballet en Santiago de Chile, inaugurada en marzo de 1997.
En su carrera ha recibido las más altas distinciones y premios que se otorgan en Chile y Uruguay.En el 2004 recibe la Medalla “Mujer de Santiago”, en Chile, y recibe el homenaje del Intendente de Montevideo Mariano Arana al reinaugurar el Teatro Solís (el más antiguo en Sudamérica), como el símbolo del ballet en Uruguay.
En 2005 recibe dos premios que la consagran en Chile: “Premio a la Trayectoria en Danza” otorgado por el Cincuentenario del Círculo de Críticos de Arte de Chile. Y el Premio Ernst Uthoff a la trayectoria, otorgado por el Comité de Danza del Instituto Chileno Norteamericano. En 2006 recibe el Premio a la Trayectoria, distinción de la Municipalidad de Las Condes.
Seleccionada junto a una decena de personalidades, para integrar el Acervo Vivo del Teatro Solís de Montevideo, Uruguay, el cual consiste en un archivo visual y documentado, con testimonios de los artistas protagonistas, como parte de la celebración de los 150 años de la inauguración del Teatro en 2006. Todos los participantes se han destacado en su área, teniendo una especial relación con ese escenario. Curiosamente su primera aparición en un escenario fue bailando en el Teatro Solís, a los 3 años en función de fin de curso, y también su despedida como bailarina en 1996.
Desde 2006 , hasta diciembre de 2008 fue la Directora Residente de la Compañía de Ballet Argentino de Julio Bocca, incluyendo giras por Norte, Sudamérica y Europa, y la función de despedida en 2007 frente a 300.000 personas en el Obelisco de Buenos Aires.

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